Eduardo Esquivel Ancona
Esperemos que el Banco de México haya registrado remanentes en su ejercicio fiscal del 2024 y estos sean entregados a la SHCP, ya que estos recursos son necesarios para el crecimiento económico del país
La gobernadora del Banco de México (Banxico), Victoria Rodríguez Ceja tendrá ante sí varios retos y decisiones que tomar, el próximo año, entre ellos la obligación de entregar a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) los remanentes del ejercicio 2024 en abril del año entrante y no provocar fricciones con el Gobierno federal como sucedió en el 2021, cuando el excedente de la Banca Central no se puso a disposición de las autoridades hacendarias; tal vez más porque no se quiso.
Resultado de la depreciación del peso frente al dólar habría quizás un incremento del valor en moneda azteca de las reservas internacionales de 990 mil millones de pesos respecto al cierre de 2023, con lo que la Banca central del país podría tener remanentes de operación de más de 500 mil millones de pesos.
El gobierno de México podría recibir el próximo mes de abril como marca la Ley unos 200 mil millones de pesos de los remanentes de la institución bancaria para ser utilizados en realizar pagos, una vez que el Banco central haya cubierto las perdidas de años anteriores y preservar el valor real del capital del banco.
La institución que tiene a su cargo la política monetaria del país puede tener ganancias y pérdidas a lo largo de su ejercicio, pero como la Banca Central no tiene un propósito de lucro, por lo que el organismo donde funge como gobernadora Victoria Rodríguez Ceja, tras constituir reservas, está obligado a entregar a la Secretaría de Hacienda el importe del remanente de operación, si es que existe.
Habría que recordar que no siempre el Banco de México esta en condiciones de dar remanentes de su operación a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público unas veces por cuestiones técnicas y otras por decisiones políticas.
En abril del 2021 Banxico publicó sus estados financieros correspondientes al ejercicio fiscal del año 2020 resultando un remanente de operación de 165 mil 067 millones de pesos; los cuales la junta de gobierno de la institución determinó repartirlo de la siguiente forma: 121 mil 775 millones de pesos se designaron a la amortización de pérdidas acumuladas de la institución en ejercicios anteriores; otra parte se asignó a incrementar el capital contable del Banco Central. De estos recursos no se entregó ni un solo peso a la Secretaría de Hacienda, por lo cual este procedimiento se interpretó como una decisión mezquina de parte de los funcionarios del organismo que en ese entonces era dirigido por Alejandro Diaz de León, escudando su actuar en una interpretación de la Ley, y no con criterios para proveer de recursos al Gobierno ante la crisis de salud y financiera provocada por la pandemia de Covid-19.
Los alegatos del Banco de México para no entregar los recursos provenientes del superávit operativo escondían un mezquino interés de proteger más a los altos sueldos y pensiones de los funcionarios del Banco Central, antes de ayudar a la maltrecha economía del país provocada por la epidemia de coronavirus.
El comunicado de prensa de la institución financiera señaló que en estricta “aplicación de la Ley” de Banxico, los excedentes operativos del ejercicio 2020 “en primer lugar se debe amortizar las pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores conforme al artículo 68 de dicha Ley. En segundo lugar, siempre que sea posible, se debe preservar el valor real del capital del Banco más sus reservas e incrementar dicho valor conforme aumente el Producto Interno Bruto (PIB) en términos reales, según lo establece el artículo 53 de la citada Ley”.
La negativa para no entregar los remanentes del ejercicio 2020 teniendo como pretexto el mandato de la Ley del Articulo 68 de la Ley del Banco de México, ya que el artículo de referencia no es lo suficientemente claro para justificar que se tengan que amortizar las pérdidas de ejercicios anteriores, máxime si se tenia emergencia sanitaria.
Artículo 68 de Banxico:
“La Ley de Instituciones de Crédito, la legislación mercantil, los usos bancarios y mercantiles y el Código Civil para el Distrito Federal, en Materia Común, y para toda la Republica en Materia Federal, se aplicarán a las operaciones del Banco, supletoriamente a la presente Ley y en el orden en que están mencionados.”
En lo que respecta a los 43 mil 292 millones de pesos que se usaron para incrementar el capital contable de la Banca central, esto no era una necesidad apremiante ya que la institución financiera no está tan descapitalizada y no enfrenta una situación de crisis.
Hay que recordar que los remanentes de operación del Banco central provienen de la revaluación de las reservas internacionales, y de los ingresos derivados de las diferencias entre los intereses que la institución financiera cobra y paga a los intermediarios financieros.
El maestro Gildardo Cilia López nos explica que “la ganancia que obtiene Banxico en un ejercicio y el consecuente remanente de operación se derivan básicamente de dos fuentes: de la revaluación de las reservas internacionales y de su margen financiero, es decir, de la diferencia de los intereses que cobra y paga a los intermediarios financieros. Para que las operaciones del Banxico se tornen en ganancias se requiere básicamente que exista una revaluación en pesos de las reservas internacionales que administra el Banco Central y esto se produce cuando existe una depreciación del tipo de cambio. Por el contrario, cuando existe una apreciación, se incurre en una pérdida porque el valor de las reservas en pesos ha disminuido. En forma paradójica se podría decir que un peso fuerte le genera pérdidas contables al Banco Central y un peso débil le origina ganancias”.
La Banca Central mexicana obtiene la mayoría de sus ganancias de operación de la venta de dólares a mayor precio del adquirido al comprarlos; con lo que obtiene una “ganancia”, y es mayor el beneficio cuando más depreciación hay del peso frente a la divisa estadounidense: pero de lo contrario si hay apreciación de la moneda mexicana a lo largo del ejercicio se tienen pérdidas operativas.
El Artículo 19 BIS de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria marca el destino de los remanentes de la Banca Central, y estipula que cuando menos el 70% de estos son para la amortización de la deuda pública del Gobierno Federal; el monto restante se destinará a fortalecer el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestales.
En abril del 2017, la secretaría de Hacienda anunció que Banxico había entregado un remanente de operación por 321 mil,653 millones de pesos al gobierno federal; monto que aproximadamente representaba 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB). El capital contable del banco central mexicano fue negativo en 2017, 2018 y 2019, por lo que en estos años no entregaron recursos por ese concepto.
Banxico destina mensualmente 14 millones 854 mil 315 pesos para el pago de pensiones de 97 ex funcionarios, entre los que se encuentran el ex presidente de México Ernesto Zedillo Ponce de León, Francisco Gil Díaz y Agustín Carstens, reveló una investigación de la revista Contralínea de junio del 2019.
Las pensiones del Banco Central son al menos siete veces más altas que las del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y nueve veces mayores que las del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Esperemos que para abril del 2025 el Banco de México entregue remanentes de operación al segundo piso del Gobierno de la Cuarta Transformación y estos recursos sirvan para disminuir el déficit del PIB que tiene actualmente México.
La junta de gobierno del Banco central tendrá que aplicar criterios técnicos y de sentido común para distribuir los remanentes que tenga la institución y así promover el crecimiento de la economía y el bienestar de los mexicanos y no se tomen decisiones mezquinas como se hizo en el 2021
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