Para que sirven los Derechos Especiales de Giro y la polémica sin sentido
Actualizado: 16 ago 2021
Alberto Equihua, Gildardo Cilia, Guillermo Saldaña y Eduardo Esquivel

¡Es un crédito...!
¡No... Es dinero...!
¡No... Son DEGs...!
¿Qué pasó?
La Junta de Gobierno del Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció el 2 de agosto pasado, mediante un comunicado de su directora Gerente, Kristalina Georgieva la decisión histórica de hacer una “asignación general” de 456.5 mil millones de Derechos Especiales de Giro (DEG’s) a los países miembros de esta institución financiera global. Esta cifra equivale a 650 mil millones de dólares, mismos que serán asignados el 23 de agosto a los 190 países miembros conforme a sus cuotas de contribución relativa.

La gráfica explica las dos razones que justifican plenamente el calificativo de “decisión histórica”. Por un lado, no es frecuente que el FMI decrete estas asignaciones generales. Con la más reciente de este mes de agosto son cinco desde que se crearon los DEG’s en 1969, con el propósito de complementar las reservas oficiales de los países miembros. La segunda razón es que se trata con mucho de la asignación general más cuantiosa en esa historia.
Al anuncio de la decisión por parte del FMI siguió una corriente de reacciones, declaraciones, opiniones, sugerencias y hasta decisiones. La voz del presidente López Obrador se hizo esperar hasta el miércoles 11 de agosto. Una reflexión de casi 10 días para analizar, entender e imaginar qué hacer con la noticia. Tal vez no de manera integral, pero si en el plano de darle la mejor utilidad a los DEG’s que recibirá México.
En la conferencia matutina del 11 de agosto planteó que la nueva asignación general de DEG’s se podría usar para anticipar pagos a la deuda pública. Concretamente se trata de 12 mil 200 millones de dólares que México recibirá este 23 de agosto.
No pasó mucho tiempo para que el Subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, aclarara en su cuenta de Twitter que:
“Los Derechos Especiales de Giro (DEG's) no son una moneda, son un activo de reserva internacional. En México, por mandato de ley, los activos de reserva internacional no se pueden usar para pagar deuda”.
A la aclaración siguieron naturalmente más comentarios en columnas y en círculos de economistas y financieros: “mucho ruido y pocas nueces”. El debate en medios y en redes sociales ha sido estéril, apenas si se eleva por arriba del suelo de los epítetos, descalificativos e insultos que, por supuesto, no llevan a ninguna parte. En las altitudes de la Ekonosphera resulta insuficiente condenar sin fundamento.
Mucho antes de considerar si los DEG's se pueden aplicar para pagar la deuda de un país (porque hay en el mundo más naciones que la mexicana), lo primero que es necesario aclarar es la cuestión elemental, por no decir obvia: ¿Qué es un DEG? La mejor respuesta es la que ofrece el propio organismo responsable de su custodia y gestión: el FMI. De ahí proviene la siguiente definición:
“El DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 para complementar las reservas oficiales de los países miembros. El DEG no es ni una moneda ni un crédito… representa un derecho potencial frente a las monedas de libre uso de los países miembros del FMI. El DEG se puede canjear por monedas de libre uso”.
Como suele suceder, las definiciones técnicas provocan más preguntas. Una que puede ser clave ahora es ¿qué es una “moneda de libre uso”? Podríamos recuperar aquí la definición correspondiente. Pero basta con indicar ahora que el FMI reconoce 5 de tales monedas: el dólar estadounidense, el euro, el yuan chino, el yen japonés y la libra esterlina (en efecto, el peso mexicano no figura en esa lista y no hay error). De manera que el DEG es un “derecho potencial” para canjearlo por esas 5 monedas y no otras.
Otra pregunta que se deriva es: ¿de qué se trata cuando el texto dice “complementar las reservas oficiales de los países miembros”? Y la inquietud viene de que se advierte ahí mismo que un DEG no es ni moneda ni crédito. Entonces, otra pregunta: ¿Cómo puede complementar una reserva oficial? Por cierto, obsérvese que no dice “reserva internacional”. Por lo menos debemos sospechar que el FMI distingue entre lo que es el ámbito “internacional” y el “oficial”, cuando se trata de las reservas de los países miembros.
Muchos economistas (quizás la mayoría) también les resulta cuesta arriba andar este camino de interpretaciones y tecnicismos. En realidad, más que poner la vista en las reservas oficiales, que no necesariamente son internacionales, lo que nos debemos preguntar es ¿cómo se usan los DEG’s? El FMI ya nos dijo que se pueden aplicar para “complementar” las reservas oficiales; pero ¿se pueden usar como reservas “internacionales”?
La respuesta es que, en efecto, los DEG’s pueden ser objeto de “operaciones”; es decir, que se pueden vender y comprar. Al respecto, el FMI explica:
“Los DEG pueden ser utilizados por miembros del FMI y por el propio FMI de acuerdo con el Convenio Constitutivo y las decisiones adoptadas por el directorio ejecutivo y la Junta de Gobernadores...Los DEG no pueden estar en manos de entidades privadas ni de particulares.”
Lo primero que se debe entender es lo siguiente:
Existe un mercado de DEG’s, en el que se pueden comprar y vender.
El mercado mundial de DEG’s es muy limitado. Solamente concurren en él 205 oferentes y demandantes potenciales (190 países miembros y 15 organizaciones aprobadas por el Departamento de DEG como tenedores autorizados de estos derechos)
En ese mercado limitado de DEG’s es posible canjearlos por alguna o algunas de las 5 monedas de libre uso”
El mercado de DEGs tiene complejidades adicionales:
Las emisiones de operaciones con DEG’s tienen que ser aprobadas por la junta de Gobierno del FMI
Una operación con DEG’s supone que el país que quiere “venderlos” tiene que encontrar a otro que quiera comprarlos a cambio de un pago en una moneda de libre uso.
La tenencia de DEG’s por cada país es contabilizada por el FMI y en principio debe ser igual a su cuota de participación en el fondo.
Cuando un país “vende” DEG’s a otro, disminuye su tenencia de DEG’s y el que compra las incrementa. Todo queda registrado en las cuentas del departamento de DEG’s en el FMI.
Si un miembro tiene los DEG’s que debe tener según su cuota de participación está en balance y no le cuesta ni gana nada.
Si un país reduce su tenencia de DEG’s por debajo de lo que le correspondería por su cuota de participación en el FMI, entonces debe pagar una tasa de interés y viceversa; cobra si su tenencia es superior a ese umbral.
La tasa de interés que se paga y se cobra es la misma. De manera que los miembros del FMI en conjunto no resultan afectados por estas operaciones.
Eso, entonces, es los que es un DEG y lo que se puede hacer con él. Ahora, se puede abordar lo que decidió recién el FMI. A la letra se lee:
“El 2 de agosto de 2021, la Junta de Gobernadores del FMI aprobó una asignación general de DEG equivalente a USD 650,000 millones…con el fin de apuntalar la liquidez mundial. Esta asignación de DEG (en vigor a partir del 23 de agosto de 2021)… aborda la necesidad de reservas a escala mundial y a largo plazo, ayuda a generar confianza, promueve la resiliencia y estabilidad de la economía mundial, y respalda a los países miembros que experimentan dificultades de liquidez para hacer frente al impacto de la pandemia de COVID-19”.
Los DEG’s que recibirán 190 países del mundo no es dinero ni crédito. Entonces, aquí viene la siguiente pregunta: ¿cómo es que esta nueva asignación general de DEGs apuntalará la liquidez mundial?
Los países que se beneficiarán con esa asignación general de DEG’s podrán participar en operaciones para cambiar DEG’s por monedas de libre uso y aplicarlas de manera convencional en sus políticas monetarias. El principio activo aquí es que países con una posición fuerte de balanza de pagos pueden apoyar a otros relativamenteotros débiles a conducir sin contratiempos sus operaciones internacionales y demás retos en la balanza de pagos.
Existe para allegarse de divisas un costo, porque el país “débil” tendrá que pagar un interés si su tenencia de DEG’s cae por debajo de la cantidad que le corresponde conforme a su cuota de participación y el país “fuerte” cobrará si llega a estar en el caso contrario. Hay que indicar, además que así se crea un incentivo para que los 190 miembros del FMI regresen sistemáticamente a las tenencias de DEG’s que les corresponden. Por lo menos los que están en la posición de pagar intereses querrán comprar los DEG’s necesarios para eliminar este costo.
En este mercado de DEG’s hay una última situación que plantea una pregunta más: ¿qué pasa si ningún miembro quiere “comprar” DEG’s del otro? Las reglas del FMI le permiten imponer que se genere esa adquisición de DEG's, por lo que ningún miembro con una posición fuerte de balanza de pagos puede eludir la obligación de comprar DEG's. Ciertamente, obligar es un recurso de última instancia. La última vez que se puso en práctica fue en 1987. Desde entonces, el mercado de DEG’s ha funcionado sobre la base voluntaria y no ha habido la necesidad de activar el plan de designaciones obligatorias.
DEGs… ¿Para qué?
No son moneda ni crédito, pero la nueva asignación de DEGs debe servir para “apuntalar la liquidez mundial”. Necesitamos profundizar un poco más.
El FMI puede ser a la vista de muchos una especie de banco central de bancos centrales. Puede ser. Pero no en lo que se refiere a la emisión o creación de dinero. El FMI no puede crear circulante internacional (que no existe, por lo menos formalmente) y, sin embargo, sí puede influir en la liquidez internacional. ¿Qué debemos entender por esto de “liquidez internacional”? Significa asegurar que en el mundo haya divisas y que en general los países individuales cuentan con ellas en grado suficiente como para que sus compromisos internacionales se puedan cumplir en tiempo y forma. Que lo que se exporte se pueda cobrar y lo que se importe se pague. Que la escasez de divisas no sea una razón para que esos compromisos no se cumplan. Que no ocurra que alguien en un país (incluidos gobiernos) deje de pagar a sus acreedores en otros países, simplemente porque en su país no existen las divisas para cumplir.
Aquí es en donde entran los DEG’s al ruedo. Si hoy un país miembro del FMI está pasando dificultades para reunir los dólares que necesita para que sus importadores y deudores paguen a sus proveedores y acreedores en el extranjero, a partir del 23 de agosto tendrá un alivio. Ese país podrá obtener las divisas que requiere si encuentra a otro país dispuesto a tomar sus DEG’s recién recibidos a cambio de los dólares, euros o la moneda de uso libre que le sirvan. Y en el peor de los casos, el FMI obligará a que haya uno que entre en el trato. De esta manera, las transacciones internacionales podrán seguir realizándose y la economía mundial puede mantenerse en marcha. Porque los importadores y deudores podrán seguir haciendo sus pagos en tiempo y forma.
El alivio que recibirán estos países con “débilidad” en la balanza de pagos está asegurado y es relativamente barato. El costo de la transacción no sólo es con una tasa de interés en DEG’s muy baja, sino que se cobra, no por el monto recibido en divisas, sino sobre la diferencia de la tenencia de DEG’s que el país tenga respecto a la que debería tener, según la cuota que le corresponda por su membresía en el FMI.
La nueva asignación de DEG’s no crea liquidez internacional. No es circulante mundial; porque no es dinero. Los DEG’s son parte de un mecanismo que permite movilizar la liquidez entre los miembros del FMI para que todos y cada uno tengan las divisas que requieran para que las transacciones internacionales ―comerciales y financieras― no se detengan por falta de divisas.
Esta manera de apuntalar la liquidez mundial y de mantener a la economía internacional en marcha, resulta del todo oportuna a raíz de la pandemia. Claramente, la aportación del FMI es asegurar que las operaciones entre los países no se detengan, sólo porque sus sistemas financieros no tienen los dólares suficientes. En este espíritu lo que hay que aclarar es que los DEG’s no son dinero que se pueda aplicar para financiar gasto público. Ya dijimos que no es dinero ni crédito. A menos que el sistema financiero del país receptor (su banco central), considere otorgar un crédito a su gobierno. Sin embargo, en este caso no habría razón para asociar ese crédito a la asignación de DEG’s. Serían dos operaciones y momentos muy diferentes.
Ingeniería financiera de vuelos globales
Dicho en plata: lo que busca el FMI es eliminar, entre los frenos de la economía internacional, la escasez de divisas. Ya bastante la ha frenado la pandemia. Algo que afecta a las que hemos denominado ya arriba “economías con debilidad en la balanza de pagos”. A estas les cuesta trabajo reunir las divisas que necesitan para pagar sus compromisos financieros y comerciales. No podemos exagerar al insistir en este punto. Una cosa es no pagar una deuda, porque el deudor carece de los recursos (puede ser un gobierno); y otra cosa es que no pueda pagar porque no existan en su economía las divisas para convertir los recursos en la moneda que está nominado el compromiso de pago. En ese sentido, los DEG’s no ayudan a un deudor en apuros porque le falten los recursos; más bien ayudan a su banco central para que le pueda proveer de las divisas que necesita el deudor solvente para pagar a su acreedor extranjero.
La CEPAL, en voz de su Secretaría Ejecutiva, ha mostrado reiteradamente su adhesión a la propuesta de una nueva emisión de DEG’s por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). Suponemos, porque comprende el papel que juegan los DEG’s en la liquidez internacional. La propuesta inicial corrió a cargo de la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, y el Grupo de los Veinte (G20) mostró su aprobación en marzo de 2021. Cabe recordar que dentro del G20 se encuentran las 20 economías más importantes del mundo.
Cada vez que se suscita una emisión todos los países miembros tienen derecho a recibir su asignación de DEG’s conforme a sus cuotas de aportación. Tener acceso a los DEG resulta del todo conveniente a partir de las siguientes virtudes:
Una asignación de DEG’s en el FMI no es un ingreso (ni una erogación) para nadie. Tampoco es un crédito.
Tener DEG’s no cuesta.