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Perspectivas de crecimiento para 2021


Por Germán Rojas

Al inicio de cada año nos toca recibir las perspectivas económicas para el año 2021. Una vieja tradición que consiste en sacar la lámpara mágica, la rueda de la fortuna, el horóscopo, tirar los dados y, con un poco más de fundamento, las series de tiempo y el pronóstico estadístico. Ojalá y todos los esfuerzos de perspectivas económicas tomen en cuenta la teoría económica y por ende la conducta de los humanos en los mercados. De esta forma podríamos hacernos una mejor idea de lo que nos viene.

En enero se presentaron las previsiones de crecimiento económico para el 2021:

Tasa de crecimiento del PIB real

Banco Mundial 3.7%[1]

Banxico 3.3%[2]

SHCP 4.6%[3]

IMF 3.5%[4]


Todas estas proyecciones de crecimiento tienen un escenario pesimista y otro optimista, el cual depende de distintos factores: el éxito de la vacunación; crecimiento en USA; precio del petróleo; inversión extranjera; la fragilidad o fortaleza de las finanzas públicas, etcétera.

Sin embargo, todas las perspectivas son muy optimistas: están suponiendo que todos los factores se alinean para que estemos mejor en el 2021 que en el 2020.

De entrada, está el famoso “rebote” o “efecto aritmético”: si te comparas contra un mal año, todo mejora o si te comparas contra un buen año, todo empeora. Me parece de mal gusto menospreciar una forma de medir que hemos usado tanto tiempo. Si la medida es tasa de crecimiento anual, ¡úsala! Y acompáñala de otras formas de medir más completas. Ojalá lo saquemos a colación cuando tengamos un muy buen año y ante un año menos bueno nos de crecimiento negativo. Supongo que lo bautizaremos como “desplome”.

Con el fin de evitar esta confusión, ¿por qué no tomamos el nivel del PIB que teníamos en el último trimestre del 2019 como punto de referencia para medir? Fue el último trimestre “sano” o sin pandemia[5]. Esta es la idea del IMF: ¿cuándo recuperaremos la riqueza que creábamos antes de la pandemia? Esta institución dice que tardaremos 5 años, es decir, para el 2025 volveremos a ser los de fines del 2019. ¡6 años por debajo!

Sin embargo, la economía como ciencia social es un poco más tenebrosa. Dicen que T. Carlyle llamó a la economía la “ciencia lúgubre”[6], en el sentido de que siempre pensamos lo peor para convencernos de que puede haber algo un poco mejor. Así, ¿porqué no pensar en el año 2021 de una manera más realista?

Cuando pensamos en perspectivas, pensamos en todo el año, pero ¿qué sucede si solo pensamos en el primer trimestre? Comparado con el primer trimestre del año anterior ¡estamos peor! El primer trimestre del año anterior solo estuvimos en confinamiento 11 días (los últimos del mes de marzo) y todo el resto del trimestre estábamos en semáforo verde (de hecho, el semáforo no existía). Este trimestre vamos a llegar a 24 días como mínimo en semáforo rojo y todo indica que, en el mejor de los casos, llegaremos a semáforo naranja. Es decir, en el mejor escenario el PIB del 1er trimestre será igual al del 4º trimestre del 2020.

Ahora bien, todos los pronósticos se basan en que la vacunación será “todo un éxito”. Sin embargo, este “éxito” solo se basa en que el calendario propuesto por la Secretaría de Salud tiene fines humanitarios: vacunar a los más vulnerables y a quienes están expuestos crudamente ante la enfermedad[7].

A mi me parece que así debe ser, pero es no quiere decir que se vaya a reflejar en generación de riqueza. Para que podamos abrir la actividad económica y recuperar, digamos, la actividad económica del primer trimestre del 2020, tendríamos que haber vacunado al 100% de la población el 1 de septiembre del 2021. Incluso en el mejor escenario solo se tendría cerca de un 75% de la población vacunada.

Debemos considerar 2 factores para entender porque la recuperación económica será muy difícil en este año: la forma en que se genera PIB y el posible daño a la estructura económica.

La primera tiene que ver con que la activación económica no va de la mano directamente con la vacunación. La generación de riqueza requiere que la actividad económica esté al 100%. Incluso nuestro país requiere que el resto del mundo se vacune para que podamos tener recuperación plena.

Lo segundo es más grave. La pandemia ha puesto a muchas empresas en una situación difícil, por lo que no se puede considerar simplemente que “volveremos a la normalidad”.

De tal forma que los pronósticos de las instituciones mencionadas suponen un escenario inverosímil. Se confunde vacunar con apertura económica. Se olvida que hay un daño estructural que dificultará la recuperación (6 años dice el FMI). De esta forma el crecimiento en el 2021 no será tan optimista ¡Con todo y rebote!

Enero 2021


 

[5] Aunque muchos dirán que la economía ya se había desacelerado desde el último año del Presidente Peña Nieto. Sin embargo, hay muchos que siguen creyendo que se venía desacelerando desde el Desarrollo Estabilizador.

[6] En inglés: “The Dismal Science”. Para una introducción a la economía resaltando este enfoque se puede leer: Naked Economics. Undressing The Dismal Science, de Charles Wheeland, editado por W W Norton Company, 2003.


 

Sobre el autor: Dr. Germán Rojas:

  • Licenciado en Economía, Universidad Nacional Autónoma de México, México

  • Maestro en Economía, Colegio de México, México

  • Maestro en Análisis Económico, Universidad Autónoma de Barcelona, España

  • Doctor en Economía, Universidad Pompeu Fabra, España

  • Actualmente es Director del Programa de la Licenciatura en Economía y Profesor de Tiempo Completo en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)


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