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Los peripatéticos

Público·6 miembros

El remanente del Banco de México

Juan Eduardo Martínez Leyva

Antecedente

A mediados del mes de abril se hizo presente en la opinión pública el tema del remanente de operación del Banco de México. Para la mayoría de los mortales era la primera vez que habían escuchado el término y, por ello, no sabían a qué se refiere.

El tema del remanente surgió de repente porque el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador le solicitó al Gobernador del Banco, Alejandro Díaz de León, en una reunión celebrada el 16 de abril, que se “le adelantara” al gobierno el monto de este concepto para hacerle frente a la crisis generada por la pandemia del Covid-19. El presidente confesó que intentaría convencer al gobernador y a los miembros de la Junta de Gobierno de esa institución autónoma para que autorizaran el adelanto.

El mismo día de la reunión con el presidente el Banco, en breve pero contundente comunicado de prensa, manifestó su negativa a la petición presidencial argumentando que era importante “observar el procedimiento y los tiempos en materia de remanentes de operación del Banco de México previstos en su propia Ley.”

¿De qué se trata este asunto?,¿qué es el tan mencionado remanente?, ¿de dónde viene?, ¿cómo se calcula? ¿Por qué se lo tiene que entregar el Banco al Gobierno Federal?

El concepto de remanente es un término que utiliza la técnica contable, aplicable a los organismos públicos, fideicomisos, asociaciones civiles y demás entidades que se constituyen para realizar actividades sin fines de lucro, como es el caso del banco central. Es equivalente al de utilidad en las empresas y demás figuras cuyo principal objetivo es obtener una ganancia económica o financiera.

Fundamento legal

El artículo 33 de la Ley Orgánica del Banco de México establece que, al cierre de cada ejercicio fiscal, el cual ocurre el 31 de diciembre de cada año, se procederá a estimar los elementos del activo y del pasivo del organismo con base en las técnicas y disposiciones legales aplicables, para determinar el monto del remanente de operación.

La fracción segunda del artículo 34 de la propia Ley Orgánica señala que el Banco entregará anualmente al Gobierno Federal el saldo remanente de operación.

Los estados financieros del Banco de México, en donde queda plasmado el monto del remanente de operación, son aprobados cada año por su Junta de Gobierno a más tardar durante los meses de marzo. En consecuencia, legalmente no puede haber transferencia de estos recursos hasta que se haya cubierto la formalidad de su aprobación definitiva. La última vez que el Banco transfirió fondos al gobierno fue del ejercicio correspondiente al año 2016 y lo hizo el 28 de marzo del 2017.

En el año 2015 el Congreso emitió un decreto que adiciona el artículo 19 bis a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. En este agregado, que sólo cuenta con dos fracciones, se establecen las reglas para que el Gobierno Federal aplique el remanente de operación transferido por el Banco de México. En su primera fracción, esta disposición legal dice que cuando menos el 70 por ciento de los montos transferidos se usarán para amortizar deuda del gobierno federal contratada en años anteriores; para reducir el monto del financiamiento necesario para cubrir el déficit presupuestario que, en su caso, haya sido aprobado para el ejercicio fiscal en que se entere el remanente; o bien, en una combinación de ambos conceptos.

La segunda fracción señala que el monto restante, el 30 por ciento, se usará para fortalecer el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios o para incrementar los activos que fortalezcan la posición financiera del Gobierno Federal.

¿Qué tienen que ver las reservas?

Uno de los componentes más importantes del balance contable del Banco lo constituyen las reservas de activos internacionales y, dentro de éstos, los activos monetarios denominados en dólares estadounidenses. Al cierre de cada ejercicio fiscal, las reservas en moneda extranjera se deben expresar en pesos, por lo que se tiene que hacer la conversión de los dólares al tipo de cambio vigente al 31 de diciembre. De esta forma la devaluación de la moneda tiende a incrementar el valor en pesos de las reservas y, en consecuencia, del remanente. En el argot contable se dice que se obtuvo una utilidad cambiaria. Exactamente lo contrario ocurre cuando el peso se aprecia.

Valuación de las reservas, ilusión monetaria y creación de dinero.

¿Es correcto que una utilidad que se obtuvo sólo en el papel, mediante la valuación de los dólares a una fecha, se transfiera al gobierno? ¿Cuál es la práctica común en los mercados financieros y de valores?

Cuando una empresa o una persona posee activos que cambian su precio en el mercado cotidianamente, se tiene la convención aceptada generalmente, que la utilidad se reparte entre los socios cuando ésta se monetiza, se realiza efectivamente. En el mercado de valores uno no gana ni pierde hasta que no realiza su pérdida o su ganancia, es decir, hasta que vende. Por ejemplo, si un inversionista posee una acción digamos de Walmart, que adquirió en 10 pesos y la tiene registrada en sus estados financieros como un activo. Al cierre del año fiscal, la acción vale 15 pesos, la utilidad en libros del inversionista sería del 50 por ciento. En este caso, el inversionista no le reclama a Walmart que le pague en efectivo esta utilidad bursátil. Sería un error, por otra parte, repartir utilidades a los socios con base en una valuación que puede cambiar el día de mañana. Si la utilidad bursátil o cambiaria es producto de una valuación de mercado, pero no se ha convertido en dinero contante y sonante, es sólo una ilusión monetaria.

Bueno, pues lo mismo sucede con las reservas del Banco de México. El Banco le reparte al gobierno una utilidad cambiaria que sólo está reflejada, como una ilusión monetaria, en sus estados financieros. Si en los días subsecuentes el peso se revalúa, la utilidad cambiaria repartida habrá desaparecido. En este caso, el Banco habría creado, como por arte de magia, dinero de la nada. Para que el reparto fuera real los activos en moneda extranjera tendrían que haberse vendido ya sea total o parcialmente.

El reparto de los últimos diez años.

Más allá de si es correcto desde el punto de vista monetario y financiero la transferencia del remanente de operación del Banco de México al Gobierno Federal en los términos actuales, así quedó establecido en las leyes y esta práctica continuará hasta en tanto no cambien. ¿Qué ha pasado con el remanente de años anteriores?

Desde el año 2010 hasta el año 2019, sólo en tres ejercicios se han registrado remanentes de operación. En este periodo, los montos transferidos alcanzaron un total de 592 mil 196 millones de pesos: 31 mil 449 millones del 2014, 239 mil 094 millones del 2015, y, 321 mil 653 millones del 2016.

Para ejemplificar la forma en que el gobierno aplica los recursos transferido de acuerdo con lo que manda la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, veamos cómo se repartieron los 321mil 653 millones correspondientes a 2016, recibidos en marzo del 2017. El 43 por ciento se utilizó en la recompra de valores gubernamentales y el 27 por ciento en la reducción de la contratación de deuda autorizada para el año 2017. Ambos rubros suman 70 por ciento, porcentaje establecido en la Ley para reducir deuda. El otro 30 por ciento tuvo la siguiente distribución: el 25 por ciento se utilizó para el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, el 4 por ciento se depositó en el Fideicomiso del Sistema de Protección Social en Salud y el 1 por ciento restante en aportaciones a los activos que el país tiene en organismos internacionales.

¿Cuál es la expectativa del remanente para el 2020?

Para este año, dada la fuerte devaluación que ha tenido el peso con respecto al dólar se espera que el remanente sea cuantioso. De acuerdo con el reporte al 8 de mayo del Sistema de Información Económica del Banco de México, las reservas internacionales alcanzaban un monto de 186 mil 643 millones de dólares.

Si consideramos que el dólar valía 18.87 pesos al 31 de diciembre de 2019, el monto de las reservas en pesos se habría registrado contablemente en 3.5 billones de pesos. Para el 31 de diciembre de este año, si no cambia el nivel de las reservas y el valor del dólar se ubica en 24 pesos, entonces la valuación de las reservas alcanzaría los 4.5 billones. Es decir, el Banco habría registrado un remanente de operación de un billón de pesos. De ese tamaño es la expectativa y de allí probablemente las ansias e inquietudes del presidente de la república para acceder anticipadamente a estos recursos.

¿Qué hacer con el probable remanente desde ahora?

El presidente mostró, con su petición, desconocimiento de los fundamentos legales y de los procedimientos que deben cumplirse en materia de los remanentes de operación del Banco de México, pero también una limitada destreza en el manejo y administración de las finanzas públicas. Si existen expectativas más o menos fundadas de que el remanente de este año será cuantioso, una forma de “utilizarlo anticipadamente” es aumentar los niveles de endeudamiento en moneda nacional de este año de manera transitoria, hasta por un monto que pueda ser pagado el año próximo con el 70 por ciento del remanente, como lo establece la Ley. A menos que se piense que el tipo de cambio se abaratará durante el año, el gobierno federal debería tomar en serio la expectativa del remanente y relajar desde ahora la política fiscal para atender las necesidades que exige la emergencia sanitaria y los recursos requeridos para apoyar a los agentes económicos afectados por la pandemia.

Mayo 14 de 2020









Gildardo Cilia López
Alberto Equihua, Dr. Rer. Pol.

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