top of page

Los peripatéticos

Público·6 miembros

La cuenta de TESOFE en Banco de México

Juan Eduardo Martínez Leyva


La reciente publicación realizada virtualmente el 27 de mayo del 2020, por el Grupo Nuevo Curso de Desarrollo, del PUED de la UNAM, coordinada por Rolando Cordera y Enrique Provencio, está dedicada a pensar el desarrollo después de la pandemia. Es un documento de reflexión muy útil y pertinente para entender la coyuntura actual y calibrar los desafíos que enfrentaremos. En ella participan destacados intelectuales y estudiosos de la economía, la política y de otras disciplinas de las ciencias sociales. Vale la pena visitar la publicación y repasar su variado contenido, así como pensar muchas de las propuestas de políticas públicas que ahí se hacen.

Por el interés que ha suscitado en algunos amigos, por mi parte, quiero centrarme en una propuesta muy concreta que hace Carlo Panico, en su texto publicado como: La política económica en la época del coronavirus. Se trata de la posibilidad de utilizar el saldo de la cuenta corriente que la Tesorería de la Federación registra en el Banco de México, con el fin de destinarlos al apoyo de las personas afectadas por la pandemia.

Panico señala que la utilización de estos recursos es la forma más pertinente de financiamiento de los gastos para abastecer a la población. El monto del saldo de esta cuenta ha promediado, en los últimos años, el equivalente del 3 por ciento del PIB. La propia Ley del Banco de México señala que dicho saldo no deberá rebasar el 1.5 por ciento de las erogaciones del propio Gobierno Federal previstos en el Presupuesto de Egresos de la Federación de cada año. El autor sugiere que se ha incumplido con este requisito legal y, en consecuencia, se debe acatar transfiriendo los excedentes del saldo al gasto gubernamental.

Para evaluar y entender la propuesta de Panico hay que remitirse, en primer lugar, al origen y la naturaleza de esta cuenta. Los ordenamientos legales que rigen el funcionamiento de la Tesorería de la Federación, especialmente la Ley del servicio de Tesorería y su Reglamento, le permiten a ésta establecer contratos con diversas instituciones financieras y con el propio Banco de México para la administración y custodia de sus fondos y valores. A través de las cuentas bancarias se reciben y realizan pagos y también se canalizan las inversiones de los excedentes de liquidez. La recepción o realización de pagos en moneda extranjera, de acuerdo con el artículo 58 de la Ley mencionada, están reservados al Banco de México. Las inversiones que realiza la Tesorería deben ser autorizadas por un comité de inversiones que preside el secretario de Hacienda.

Existe una cuenta concentradora única, en la que recurren finalmente todos los gastos e ingresos que la Tesorería realiza. Para las cuentas bancarias se establecen una serie de procedimientos y requisitos que permiten llevar al cabo, con cierta regularidad, dicha concentración.  

En materia de finanzas públicas la Tesorería de la Federación no tiene facultades para modificar los niveles de gasto e ingreso que aprueba el Congreso. Su función es ser un instrumento ejecutor del manejo de los flujos de dinero: una caja o ventanilla. Con base en los presupuestos anuales, la tesorería elabora un calendario de flujo de efectivo para el Gobierno Federal. Los saldos existentes en las cuentas bancarias forman parte de dicho flujo.

  Desde la perspectiva del Banco de México, su propia Ley le permite cumplir dos tareas: prestar los servicios de tesorería al Gobierno Federal y ser su agente financiero para la colocación de deuda pública (Artículo 3°, fracción II). Para cumplir con su función dual, el Banco llevará una cuenta corriente a favor de la Tesorería de la Federación, la cual se manejará de acuerdo con los términos del convenio establecido entre las partes (artículo 12).

El propio Artículo 12 de la Ley del Banco de México establece las condiciones para la administración y manejo de la cuenta. Al cumplir con su función de tesorería el Banco sólo puede hacer cargos y abonos mediante instrucción directa del Tesorero de la Federación. Tampoco puede librar cheques u otros documentos a favor de terceros.    

Sin embargo, en su papel de agente financiero del Gobierno Federal y administrador de los flujos de su deuda, al Banco se le permite hacer cargos a la cuenta corriente sin la autorización del Tesorero de la Federación, con el fin de cumplir con el pago del servicio, comisiones y amortizaciones de la deuda interna.

De igual manera, el requisito de mantener en el saldo de la cuenta corriente una cantidad que no rebase el 1.5 por ciento de las erogaciones del Gobierno Federal, previstas en el presupuesto de egresos, está referido únicamente a la función del Banco en su calidad de tesorero. En esta restricción no computan los montos destinados a la amortizaciónde la deuda (fracción IV del artículo 12). Es decir, en su calidad de agente financiero, al Banco no se le impone una obligación de mantener un porcentaje determinado de saldo.

Si se compara el saldo de la cuenta corriente que la Tesorería de la Federación tiene en el Banco de México, al mes de abril, con los compromisos de pago de deuda para el 2020, se puede observar que las posibilidades de utilizar estos fondos para financiar los gastos de apoyo a la población que sufre los efectos de la pandemia, como propone Carlos Panico, son prácticamente nulas.

En el último reporte de Base Monetaria y sus Usos,correspondiente al mes de abril, publicado por el Banco de México, se tiene que la posición neta del saldo de la cuenta del Gobierno Federal asciende a 668 mil 728 millones de pesos. Si a éste se le suman otros conceptos el monto se amplía a 949 mil 213 millones de pesos.

En contrapartida, con respecto a los compromisos de pago de la deuda, en el último Boletín de finanzas públicas emitido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se observa que, en el periodo enero-abril de 2020, el costo financiero del Gobierno Federal fue de 200 mil millones de pesos.  Si se mantienen las condiciones actuales para lo que resta del año, esta cifra alcanzaría los 600 mil millones de pesos.

Otra manera de estimar el costo financiero es asignando una tasa de interés al monto de la deuda. El Gobierno Federal tiene registrado al mismo mes de abril, una deuda neta (SHRFSP) de 12 billones 088 mil millones de pesos. Si a este monto le aplicamos una tasa de interés del 6 por ciento promedio para todo el año, sólo por el servicio de la deuda, se tendrían que pagar 720 mil millones de pesos.

En conclusión se pude decir que si se hace caso omiso a su función de pagador de deuda, efectivamente el Banco debería reducir el exceso al 1.5 por ciento. Pero si se ve el panorama completo de las responsabilidades que el Banco tiene frente al Gobierno Federal, entonces no habría recursos disponibles para transferir al gasto.

Gildardo Cilia López

A debate aquí

¡Te damos la bienvenida al grupo! Puedes conectarte con otro...
bottom of page