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Precios, el lenguaje del mercado

“Precio” o su equivalente en inglés “price” e incluso otro muy emparentado “prize” y el francés “preis” son vocablos originados en el latín “pretium”, que se usaba para referirse a conceptos alrededor de pago, soborno, renta, recompensa, sanción, rescate, valor, etc. Hubo que esperar no solo hasta el establecimiento del mercado como estructura económica funcional, sino todavía un poco más, a que los precursores de la ciencia económica empezaran a entender lo que los ciudadanos estaban haciendo en esos espacios de intercambio y a bautizar y definir sus componentes y fenómenos.

Tendríamos que retroceder hasta el siglo XVIII para encontrar estos avances. Hasta ahí los individuos participaban en los mercados, intercambiaban géneros y observaban precios. Pero sus movimientos resultaban caprichosos y erráticos. Atenidos a ellos, la suerte de cada quien parecía fortuita o, en el mejor de los casos, designios de fuerzas superiores. No había mucho qué hacer, más que aceptar la suerte de precios altos unos días y bajos otros.

Hoy en día, todavía el ciudadano común se enfrenta a los precios cotidianamente. Todavía ocurre con suficiente frecuencia que observa y sufre los efectos de lo que parecen movimientos azarosos de los precios, al grado que suele estar convencido de que siempre suben. De manera que “siempre” puede comprar menos de aquello que necesita o desea. Es entendible que al desconocer los mecanismos sociales por los que se forman los precios se piense que se mueven caprichosamente o que existen poderes humanos, superiores o francamente sobrenaturales que los determinan.

Es cierto que, en general han quedado atrás los tiempos en que la población tendía a entender los precios como designios divinos o del destino. A pesar de que el conocimiento científico de la economía hace mucho que ha aclarado el fenómeno, las percepciones populares siguen plagadas con suficientes falacias, concepciones equívocas o mitos urbanos. Quizás porque los economistas han hecho una labor insuficiente o francamente mala de divulgación.

El resultado a la vista son actitudes ante los precios que todavía conservan vestigios de percepciones místicas o creencias populares imprecisas y equívocamente fundadas. Así las cosas, todavía es común y entendible que muchos en la sociedad experimenten ansiedad y temores exacerbados, particularmente ante procesos inflacionarios. Una comprensión popular mejor documentada seguramente ayudaría al ciudadano a enfrentar con más entereza a los precios y sus movimientos; en su caso, con menos ansiedad y desazón. Esta actitud generalizada incluso podría ayudar a neutralizar el componente que como sociedad, aportamos a las tendencias económicas y que viene de las expectativas que nos hacemos de los precios y que son las que acto seguido determina nuestras posturas y conductas. Algo que al generalizarse a lo largo y ancho de la sociedad ha desbocado procesos inflacionarios, pero también ha detenido la economía, como probablemente fue caso durante el desastre financiero de 1929 cuyo recuerdo simplemente no perece.

Con esta visión en mente es que la Ekonosphera propone ahora un curso para no economistas sobre los precios. A lo largo de una serie de módulos y pasos nutridos a la par con contenidos generados en medios periodísticos y exposiciones sencillas de temas selectos de la teoría económica, los participantes podrán empaparse de una perspectiva y herramientas para entender la información que transmiten los precios y cómo es que nosotros mismos la codificamos socialmente a través de nuestras interacciones en el mercado. De ahí partiremos para también adentrarnos en la conformación de las tendencias de los precios, conocer quienes y cómo pueden influirlas, así como los criterios para hacerlo eficaz y estratégicamente.

Entender mejor a los precios como fenómeno natural del mercado nos permitirá darnos una base y una cierta noción de “control”. Encontraremos más sentido a la dinámica de los precios e incluso comprenderemos los límites dentro de los cuales se meven. Por lo menos contaremos con elementos mejores para anticiparnos un poco a algunas tendencias y tomar decisiones más educadas a la hora de intentar mitigar los efectos de cambios en los precios.

En la Ekonosphera esperamos que esta aportación sea de provecho para una audiencia amplia. Hay que advertir que el curso está en desarrollo, por lo que sus contenidos irán creciendo y complementando con el tiempo. Eso nos da la oportunidad también para recibir y aprovechar la retroalimentación de quienes decidan invertir con nosotros en este proyecto.

¿Interesado? Por favor, ingresa aquí al curso “Interpretación del precio y sus mensajes

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